
Hay muchas diferentes religiones en el mundo y todas ellas tienen un enfoque específico; tener paz con Dios, para ser y hacer lo que se requiere y así ser aceptado por Él.
Diferentes religiones tienen diferentes perspectivas, prácticas y requisitos, pero la motivación que impulsa a todas ellas es hacer que la persona sea aceptada por Dios.
La Biblia dice que la ira de Dios permanece sobre los incrédulos (Juan 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.). Un canal de ira fluye de Dios a la humanidad pecaminosa, y la gente lo siente todos los días. Sabemos que debemos tener la paz de Dios y se requiere un sacrificio de algún tipo.
Mucha gente desearía que Dios no interfiera en sus vidas. Solo quieren vivir la vida y tener paz haciendo lo que quieran. Prefieren no pensar demasiado en lo que sucederá cuando pasen de esta vida. Solo desean pasar esta vida y enfrentarse a la muerte en paz. Otros se preguntan cómo podrían tener paz con Dios sabiendo que algún día estarán ante Él. Les gustaría saber cómo podrían tener las bendiciones de Dios en su vida diaria aquí en este mundo.
El ateísmo también es muy común. Muchas personas sienten que si simplemente niegan a Dios por completo, Él seguramente desaparecerá. A menudo se irritan con los creyentes sin ninguna razón en particular porque cuando entran en contacto con ellos sienten la presencia de Dios, algo que el ateo no quiere sentir. Condena su incredulidad.
Entonces, ¿cómo puede la gente tener paz con Dios en la eternidad venidera, y en el presente, a medida que la vida continúa aquí en la tierra? Dios nos da la respuesta en las Sagradas Escrituras:
Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
La paz no es obtenida por ninguna práctica religiosa o por algún mérito que nos hallamos ganado a través del tiempo por un cierto estilo de vida o acciones que hayamos logrado. Se obtiene a través de la persona y obra de Jesucristo. La religión tiene su lugar en nuestras vidas. Así es como practicamos nuestra fe, pero no lleva la gente a Dios, ni establece la paz entre Dios y la humanidad. El pueblo no puede vencer la ira de Dios, debe ser liberado de ella.
Una persona no puede acercarse a un punto en el que Dios lo acepte. No hay práctica, obras, actividad, sacrificio, don o cosa alguna que pueda lograr que Dios las acepte. Dios acepta y recibe a las personas en el punto en que lo aceptan y le reciben. El problema no es que Dios rechace a la gente, es que la gente rechaza a Dios. Recibir a Jesucristo como Salvador es la clave para ser recibido por Dios y tener paz con Él.
1 Juan 5:12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
Juan 12:48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
¿Cómo se puede recibir a Jesucristo?
En primer lugar, una persona debe reconocer su necesidad de un Salvador.
Las personas que confían en sus propias obras o religión no reconocen su necesidad de un Salvador, y sin reconocerla no lo pueden recibir. La gente debe entender y confesar que está condenada delante de Dios y que necesita ser justificada por Él, que no puede justificarse a través de sus propios caminos. Deben reconocer que están a merced de Dios.
Ezequiel 18:20 El alma que pecare, ésa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.
Romanos 8:33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
No hay una persona en la tierra que no sea culpable delante de Dios. La pena de muerte recae sobre todas las personas y la condenación eterna continuará a menos que se acepte la liberación. Es común que las personas excusen su pecado centrándose en el bien que hacen, pero nada justifica a un hombre a la vista de Dios. La pena por el pecado es la muerte, una separación eterna de Dios.
Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Apocalipsis 21:8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
En segundo lugar, una persona debe reconocer su culpabilidad.
Jesús pagó la paga del pecado y venció a la muerte por toda la humanidad, pero Él no se hizo responsable de ello. Debemos asumir esa responsabilidad. Toda persona en este mundo es culpable de pecar contra Dios. Dios nos dio Su ley para dárnoslo a conocer.
Hasta que las personas vengan a Dios para declarar su culpa de pecar contra Él, no pueden ser perdonados y liberados de la pena. Generalmente, la gente viene a Dios declarando su bondad y sus nobles intenciones con la esperanza de que Dios pase por alto su pecado, pero Dios no hará eso. Dios no está buscando una explicación; Está buscando una confesión.
En tercer lugar, una persona debe arrepentirse.
El arrepentimiento es un cambio de enfoque, de actitud y de mentalidad. Una persona debe poner de lado su filosofía, religión y falsa esperanza y poner su mirada en Dios. Dios es quien salva y Él debe ser el centro de nuestra salvación. Debemos cambiar nuestro enfoque a Dios y humillarnos delante de Él. (Santiago 4:6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.) Debemos cambiar nuestro pensamiento acerca de la salvación para entonces creer la verdad.
A menudo, cuando nos enteramos de algo que aún no hemos experimentado, desarrollamos nuestra propia idea preconcebida al respecto. Cada vez que me invitan a ir a un lugar donde no he estado antes, tengo ideas preconcebidas de cómo será, y generalmente están equivocadas. Cuando llego veo que, en realidad, el lugar no es como pensé que sería. Debo cambiar de opinión al respecto y aceptar la verdad. Cada persona tiene una idea formulada de cómo es Dios, pero nuestras ideas desarrolladas naturalmente están equivocadas. Cuando escuchamos la verdad acerca de Él debemos cambiar de opinión y recibir la verdad. La religión se basa en ideas formuladas que la gente tiene acerca de Dios. La salvación en Cristo se basa en la verdad. Una persona debe rechazar las ideologías falsas que tiene, y reconocer la verdad; debe haber un cambio de opinión.
Hechos 20:21 testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.
2 Timoteo 2:25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,
Cuando el apóstol Pablo predicó al pueblo en Atenas (Grecia) les explicó que estaban sirviendo a ídolos, y que el Dios de la creación era desconocido para ellos, pero si querían la salvación tendrían que arrepentirse y luego recurrir a Él para la esperanza eterna.
En cuarto lugar, una persona debe poner su fe en Jesucristo.
Las palabras "en él" del versículo 16 son palabras claves en este pasaje. Es común que la gente crea en la existencia de Jesucristo, y aún creer que Él es Dios que murió en la cruz y resucito al tercer día, pero no creen en que eso sea suficiente para su salvación. Pueden creer que Jesús murió, pero no confían en ello para su propia salvación. Creer en Él significa confiar plenamente en Él. Para creer tenemos que poner nuestra confianza total en Él, entender que Él es la única esperanza de salvación.
Por último, una persona debe confirmar que le ha recibido.
Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
Para aquellos que creen en Jesucristo y en lo que Él ha hecho por la salvación de la humanidad, Él está a solo una oración de distancia. Todo lo que una persona tiene que hacer en este momento es invocarlo, confesarle su pecado y culpa, e invitarlo a venir y entrar en su corazón y ser su Salvador.
